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Bienvenido al Blog de un tío un tanto idiota. Aquí encontrarás relatos y digresiones, pero nunca nada ni remotamente últil. También hago cómic.

20150325

BEDTIME ¿Qué es Bedtime y quién soy yo?

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Me llamo Mario Larra y , desde que tengo memoria, inventar historias es lo que más me ha hecho disfrutar sobre la faz de la tierra. Llamémoslo cuentos, historietas, anécdotas ampliadas, trolas o incluso excusas.  Inventarme historias, para luego contarlas. Ahí está la clave de la felicidad máxima. Al menos para mí, claro.

Ocurre que desde hace unos años, estoy llegando a esas edades en las que te das cuenta de que uno mismo es el encargado de gestionar su propia vida. Y eso da un pánico que te cagas. Si lo haces mal, puedes verte obligado a hacer cosas que no te gustan durante toda tu vida. Y entre esas "cosas que no te gustan" incluyo el pasar hambre. Pero es que además hay algo aún más importante. El caso es que si trabajas con fuerza, ahínco y tesón puedes conseguir pasar toda tu vida haciendo lo que más te gusta. 

Bueno, llegados a este punto, imagino que sabréis hacia dónde me dirijo. He probado casi todos las formas en las que un ser humano puede crear historias. Sólo por citar las más recientes y fáciles de clasificar, os diré que hace 10 años escribí una novelucha (Que es la que da título a este blog) que intenté mover por todas las editoriales que conocía. Ni siquiera se molestaron en enviarme cartas de rechazo. No estoy enfadado por ello, en realidad volví a leer hace poco la susodicha novela y fue una experiencia terrible. No sabía si reír o llorar de lo malo que era eso.  También, junto con compañeros llenos de talento como David Castro, Samuel Pérez, Abel Núñez, Araceli Pérez Rastrilla, Fumiaki Kobayashi, David Fernández de la Cuesta Gil , Alberto Sobreviela , Javier Corral y un largo etc... me acerqué al mundo del audiovisual, con productos que bailan (en muchos casos a propósito y en otros por accidente) en una delgada cuerda entre lo mediocre y lo relativamente bueno. De esas uniones salieron productos tales como HEY!CHACHi , QWERTY (Y su making of) La Divina Percepción , el videoclip de CABALLO LOCO , Benigna y el Maligno ... y bueno, y algunas cosas más, aunque ahora no me acuerdo.  Después ( y durante), probé suerte con el cómic. Y lo cierto es que resultó ser uno de los medios de expresión en los que más a gusto me he encontrado. La prueba la tenéis en María del Carmen Rayoláser.  Aunque, sin embargo, me fallaba algo. Y ese algo era un compañero. Trabajo mejor en equipo... ESPERA, MARIO, PARA.

Me he alargado mucho. Esta entrada tenía que hablar sobre BEDTIME y ya llevo un porrón de texto en el que no lo he mencionado ni un poco. 
BEDTIME es uno de los proyectos más importantes que he acometido en mucho tiempo. ¿Por qué? Iréis viéndolo, pero, antes dejadme que me explique. 



¿Qué es BEDTIME?

BEDTIME es un cómic en el que yo soy el guionista , mientras que Ittai Manero es el dibujante.  Lo publicamos gratis, en internet, una página a la semana. Con BEDTIME esperamos, algún día ganarnos la vida.

¿De qué trata BEDTIME?

BEDTIME juega con los miedos infantiles. Imaginaos qué tipo de mundo sería este si los monstruos que nos dan miedo por la noche existiesen de verdad, y nuestros peluches pudiesen cobrar vida para defendernos de esos monstruos. Hace unos diez años, cuando se me ocurrió esta idea me parecía lo más original del mundo. Pero claro, el mundo es muy grande, y las ideas están ahí. A lo largo de estos años he visto muchas versiones de esta idea circular por ahí. Entonces decidí que la originalidad no debía estar en la idea base, sino el desarrollo. En el discurso. La historia transcurrirá por caminos que no imagináis, y habrá giros que os soprenderán. Al menos, eso espero conseguir.

¿Por qué sólo una página a la semana?

Al igual que yo estoy esforzándome al máximo con los guiones, Ittai Manero está dando lo mejor de sí mismo con el dibujo. Aunque esperemos algún día poder vivir de BEDTIME (soñar es gratis) de momento nos son necesarios otros trabajos complementarios. Ittai tenía dos opciones. Poder publicar varias páginas semanales y dibujar a un 60 por ciento de su capacidad y dejando unas páginas con un acabado insuficiente y poco profesional o dar el 100 por cien y conseguir un acabado impresionante en cada una de ellas. La elección era obvia. De todas maneras, a medida que vayamos ganado dinero con BEDTIME podremos ir dejando otros encargos de lado y poder aumentar el ratio de publicación manteniendo la calidad intacta.

¿Cómo se puede ganar dinero con un cómic que se publica gratuitamente y sin publicidad?

Sí. Se puede. O al menos se intenta. Publicamos BEDTIME totalmente gratis con la idea de que pueda llegar a la mayor cantidad de gente posible.  Aquellas personas que disfruten de BEDTIME pueden ayudarnos a seguir haciéndolo, convirtiéndose en mecenas mediante nuestra página de Patreon.  Gracias a este sistema, todos aquellos que quieran que BEDTIME continúe pueden, desde 1€ al mes, colaborar con nosotros, recibiendo además, recompensas a cambio del apoyo. Incluso aquellos que quieran colaborar pero su economía no se lo permita, podrán hacerlo compartiendo el cómic, consiguiendo que llegue a más gente.




¿Hasta dónde pretendemos llegar con BEDTIME?

Como ya habréis deducido, los objetivos de BEDTIME  son dos, y están bien claros. Sobrevivir y Vivir. Sobrevivir, porque estamos luchando todo lo fuerte que podemos para que, tarde o temprano nos de el dinero suficiente para poder, aunque modestamente, de ello. Vivir porque es, al final, lo que queremos hacer. Es el tipo de cómic que Ittai quier dibujar, y el tipo de historia que yo quiero contar. 
Con respecto a dónde quiero llegar yo, como guionista, con BEDTIME, bueno, es una respuesta que prefiero que se vaya respondiendo sobre la marcha. Tengo libretas y libretas llenas de anotaciones, personajes, hilos argumentales y apuntes de toda clase. BEDTIME se dirige hacia un final, sí, pero será un viaje largo, en el que el Arte de Ittai nos acompañará (e influirá ) en los caminos que recorreremos. Espero que estéis ahí y disfrutéis del viaje. Yo ya lo estoy haciendo. 

Y recordad ¡Nos vemos todos los miércoles en www.bedtimecomic.es !







20150214

Papel de lija.

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Estás hecha de papel de lija.
 Hay recovecos, hay maneras, hay caminos, pero estás hecha de papel de lija.
 En realidad eres suave, dulce y agradable, pero estás hecha de papel de lija. 
Te toco y noto que eres suave, pero estás hecha de papel de lija. 
Seguro que si miro la composición atómica de tu ser, descubro que son todo átomos de algodón, seda y cachemira de los urales, pero estás hecha de papel de lija. 
Me aprieto contra tí y me late fuerte el corazón, pero estás hecha de papel de lija. 

Me aprieto contra tí y me hago sangre, porque estás hecha de papel de lija.
Cuanto más me aprieto, menos de mí queda, porque estás hecha de papel de lija.
Y también menos queda de tí, porque estás hecha de papel de lija.

Y en el suelo, se mezclan, en el suelo, serrín de persona y de lija-persona, y de sangre y de algodón y de seda y de cachemira de los urales. Se mezclan tanto que ya no puedes separarlo nunca.
Porque estabas hecha de papel de lija.


20150204

Mi novia tiene un gato.

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Internet.
Tiene cuatro patas, dos orejas, dos ojos y dos rabos. Porque es macho. Es dorado.  Asoma desde arriba, mira a ver que pasa. Todo tiene que ser como él sabe que tiene que ser. Cuando no   Él, con su mancha blanca del cuello que es, en realidad la parte de arriba de su camisa de chorreras se indigna muchísimo, y levanta su cara con perilla dieciochesca.  Fuera está nevando, así que llama a su cochero. Le ordena (Lúchick nunca pide, siempre ordena) que le lleve a las mejores tiendas de todo Moscú. 

El dueño se desace en alabanzas. Señor Lúchick, qué alegría verle aquí. Mire, nos han llegado desde Casablanca, Marruecos, unas maletas de cuero PRECIOSAS. Lúchick las mira, y sonríe por dentro. Sin malicia. Saca las uñas y comienza a rasgar el cuero. Poco a poco, sin violencia. El dueño está tan sorprendido que no tiene ni idea de lo que hacer. Lúchick sigue desgarrando el cuero, como si nada. Muy despacio. Disfrutándolo, como quien se fuma un buen puro.

RRRRRRRRR.

Ella entra corriendo a la tienda. Lúchick la mira. Casi sorprendido. Sigue romiendo la maleta de cuero. Con sus uñas.

RRRRRRR
RRRRRRR
RRRRRR

20141209

Ese lugar.

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Todo es tan blanco, tan placentero. Muy a gusto, Poco a poco comienzas a darte cuenta de que estás en un lugar. Que ese blanco bien podría ser negro, pues tienes los ojos cerrados, o eres ciego.Estás nadando. No tienes que hacer esfuerzo para mantenerte donde estás, y si te mueves, puedes, sacar los brazos a un sitio mucho menos placentero. Sí, estás nadando. Ese otro lugar es fuera del agua. Quédate dentro. No, espera. Tienes brazos, luego no eres un pez. Revisa rápidamente tus, probablemente limitados y oxidados, conocimientos de zoología. No. Ningún pez tiene brazos. Eres un mamífero. Probablemente un ser humano. Estoy casi seguro de que eres humano porque estamos teniendo esta conversación. No tendría esta conversación con un perro. Bueno, no importa. No te quedes dentro del agua. Se está bien, sí, pero ni perros ni humanos pueden respirar dentro del agua. Mierda. Llevas bastante tiempo ahí dentro.Aún no te has ahogado.Probablemente no sea agua. Probablemente estés en la cama. Sí. Tiene sentido. Ya sabemos mucho más que antes. Tenemos un espacio, la cama, y un sujeto, tú, humano. Y ese blanco. Y esa sensación tan maravillosa. Siempre y cuando consigas dejar los brazos dentro. Cuidado, se te escapa la punta del pie. Eso es, encogido. Todo es blanco (o negro) y cálido y suave. Flotas. No sabemos dónde está la cama. Puede estar en casa de tus padres, en un hotel en Papua-Nueva Guinea. Puede que ni sea una cama, que sea un sofá. Lo cual nos hace ver que tampoco tenemos un cuando. Quizás eres pequeño, estás en la cuna. O es uno de tus últimos días, estás en el hospital. No importa. Estás en la cama. Todo es suave.

Pero

Ahí está. Hay algo al fondo. No sabes bien que es. Algo que tienes que hacer. Quizás es ir a mear. Igual son los vecinos gritando. Quizas es culpabilidad, mentiste a tus padres sobre las notas del examen de ayer. No, no es eso. Es tu hija, acaba de volver de fiesta. O no. No, no es eso. Es otra cosa. ¿Es un despertador? Es tu marido roncando. Es tu mujer dándote con el codo porque sabe que estás remoloneando. Es que es Lunes.

Da igual. No importa.Todo está ahí. Todo sigue estando ahí. Lo que flota. Lo que es blando. La suavidad. Sin embargo, falta algo. No lo comprendes. Pero lo acabas entendiendo. Faltas tú. Ya no eres parte de todo eso. Este sitio ya no es tuyo. Vete de aquí. No te queremos ya más.


20140601

El Tarro del Miedo [Relato]

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James Rubber-Smtih se alejó unos pasos de la mesa de laboratorio  en la que había consumido los tres últimos años. Se sintió un poco bastante Víctor Von Frankenstein durante un lapso indeterminado de tiempo.
Sobre la mesa, una botellita, así, como con mucha seguridad. Que si barras de acero, blindaje, válvulas y cosas de ese tipo. Dentro de todas esas cosas, la botellita. De cristal, y aparentemente vacía. Pero, claro, eso: Aparentemente. En su interior, se almacenaba MIEDO PURO.
A James Rubber-Smith había tenido la idea leyendo el libro este de Patrick Süskind. "El Perfume". Auténtico miedo en un frasco. 

Una famosa productora de cine había financiado su proyecto. Tenían planeado liberar la válvula que dejaba salir al miedo en los grandes estrenos de películas de terror. Mantenerlo en secreto, dejar que las personas y los críticos de cine de la sala respirasen en miedo y todas las películas lo petasen muchísimo. Petarlo muchísimo en lo referente a dar miedo. 

James Rubber-Smith abrió un poco la espita del tarro. Se veía claramente que estaba vacía. Que no había nada dentro. El miedo sonaba muy poquito al salir. Así Psssss. Sólo lo oías si te callabas mucho. James Rubber-Smith se asustó muchísimo. La tuvo que cerrar muy rápido, sintiéndose como un animalito vulnerable. Un rato después de haberla cerrado, recuperó su humanidad, salió de debajo de la mesa, se secó las lágrimas y se puso a pensar.
"Leches, qué raro" No era raro, era lo que tenía que pasar. Pero no esperaba que le pasase a él. Él sabía cómo funcionaba el tarro y tal y cual y todo eso.  "Será placebo".  O algo.  Cuando ya dejó de importarle lo humillado y vejado que se había sentido, volvió a ser un científico del todo y pesó la botella, para averigüar la cantidad de miedo perdido. "Quizás la salida de miedo es demasiado amplia, y ha salido como muchísimo miedo, y por eso me he cagado entero." Pero no. No se había perdido nada. O tan poquito, que su báscula digital hiperprecisa de laboratorio de pelicula no era capaz de diferenciarlo.  Así que, QUIZÁS, el frasco del miedo, tenía MIEDO INFINITO en su interior. O miedo virtualmente infinito.


Semanas después, estrenaban una película de terror sobre un violador de cerebros, muy retorcida, muy conceptual, que, en algún visionado previo no había conseguido los resultados de MIEDO que se esperaba de ella.  Muy Posmoderna. La peli estaba muy bien, a ver, pero, el miedo era ... bueno, digamos que... había que entender la peli, para sentir el miedo. Y no todo el mundo era capaz de entenderla. Había que ser muy listo. Muchísimo.  Vamos, que, como os podéis imaginar, era la peli PERFECTA, para hacer la primera prueba del Tarro del miedo. Haciendo a caso a James Rubber-Smith, que estaba en las oficinas del cine donde se proyectaba, junto a los productores,  habían adaptado el tarro para que pudiese abrirse con un sistema electrónico a distancia, en los momentos de miedo de la película.  

Antes de empezar la película, James Rubber-Smith se fijó en que la sala de proyecciones estaba justo al lado de las oficinas. Y que se comunicaban mediante los conductos de aire acondicionado. Recordó el día que abrió la válvula, en su laboratorio y, poniendo como excusa  una repentina cagalera (en realidad dijo indisposición, pero todos los productores pensaron que era cagalera, por el lenguaje verbal tan depurado que James Rubber-Smith utilizó), volvió al hotel. Cerró bien las puertas y ventanas, y puso toallas en las junturas para que no entrase miedo (el hotel no estaba demasiado lejos de los cines).  Una vez asegurado, llamó a los productores por skype. 

Y comenzó el experimento. 

Nadie. NI UNA PUTA PERSONA en el cine tuvo la mínima pizca de miedo. No eran gente inteligente, eso lo primero.  Porque si fuesen inteligentes hubiesen entendido la película y tenido miedo y tal. Pero, bueno, eso es otra historia y ya se contó en su día. El caso, es que, pese a todo, el frasco del miedo no fue un fracaso. En la oficina, todos los burócratas y productores estaban TIRADOS POR EL SUELO de miedo puro. A los tres minutos de abrir la cápsula tuvieron que activar el cierre de emergencia, para cerrarla, del PUTO MIEDO PURO que estaban pasando. Pero, eso no era todo. En el Hotel, James Rubber Smith sangraba de las manos. En cuanto comenzó a sentir miedo cerró el Skype. El miedo continuaba, así que apagó el ordenador. Lo tiró al váter. Y como aún así no funcionaba, excavó con las uñas en las paredes, hasta encontrar el cable del internet y arrancarlo.

 Un auténtico éxito. Simplemente, que no habían previsto que, para que el tarro funcionase, había que saber de la existencia del mismo. Un problema menor.


Además, el tarro del miedo seguía pesando igual.

Para la próxima prueba, se hizo una campaña de publicidad impresionante. Se presentó a James Rubber-Smith en sociedad; él y  su frasco, claro. Se dijo que se iba a utilizar en la próxima película de terror de la productora. Mucha gente no lo creía, pero, varios productores de los que lloraron como nenas durante el estreno de la peli del violador de cerebros tampoco se lo creían.  

Llegó el día. James Rubber-Smith y los productores estaban en un avión. Querían estar lo más lejos posible del tarro en el momento que se abriese. La campaña de publicidad incluía una webcam que apuntaba directamente al público que iba a ver la película. Así la gente en sus casas podía ver el miedo ATROZ que la gente estaba pasando. Había tenido muchísimo eco en los medios, así que casi todo el mundo que tenía internet  sabía casi todo de este tema. Para evitar peligro, el cierre  y la apertura del frasco, estaba totalmente robotizado. Se iba a abrir intermitentemente durante periodos de décimas de segundo en los momentos de susto de la película.   

Pero, ese día, descubrieron otra cosa nueva sobre el frasco del miedo. Cada vez que se abría, TODO EL MUNDO que supiese que se abría, se moría de miedo. Durante la duración de la película, casi el 50% por ciento de la población de la tierra, sentía un miedo terrible. Y era un número creciente. Simplemente con que alguien oyese de refilón lo que estaba ocurriendo, comenzaba a morirse de miedo también. Afortunadamente, la película estaba a punto de acabar. No quedaba nadie en la sala, excepto un pobre chico en silla de ruedas, que había sido abandonado allí por su familia en pleno ataque de pánico. Era una sala de estas en escalera, por lo que se había tirado de la silla y estaba arrastrándose hacia la salida. De pronto, los violines de la banda sonora hicieron el "Pachín" típico de los momentos de susto y el frasco del miedo volvió a abrirse otro poco. El chico de la silla de ruedas (Se llamaba Jaime Wilson) sacó fuerzas de su miedo, y corrió con sus brazos hasta donde estaba la cápsula (debajo de la pantalla, bien a la vista) y la arrancó de donde estaba. Con tan mala suerte, que al arrancarla, el sistema de cierre siguió anclado a la pared, y el frasco del miedo se quedó totalmente abierto. No había manera de cerrarlo ya.

20140205

Economía.

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Sobrevivir.
Llevar un negocio.
Estudiar para un examen.
Vivir.
"hacer una película sobre mi facebook"



El caso, señores, es que tengo examen de economía. Este viernes. Y voy de cabeza. Y con eso, por si acaso se lo imaginan, no quiero decir que vaya, precisamente, con todo bien aprendido. Pero, es que, además, me están pasando cosas muy raras. Esas cosas me quitan tiempo de estudiar, obviamente. Pero es que, además, son cosas que hace falta contar. Por lo que aquí estoy. Todo comenzó cuando le dí al botón de "hacer una película sobre mi facebook".  Justo en ese momento llamaron al timbre. Era Escorsese. Que le había tocado a él hacerla. Me llevó al aeropuerto, preparados para pillar un avión.
Me iba contando que íbamos a Los Ángeles a hacer los cásting. A ver a qué actor elegíamos para hacer de mi facebook. Bueno, a ver, es broma. Llamó Scorsese al timbre, me hizo cuatro preguntas y se fue. "Si tengo más dudas ya te pregunto por facebook". Y el cásting y todo eso lo hará él. Probablemente sea Di Caprio.

Una foto que he robado de por ahí en internet.

Bueno, el caso es que, mientras volvía yo al estudio, por el pasillo, oigo que gritan por las escaleras.
-¡Oye tú! ¡Eres el elegido que va a salvar el mundo!
-¡No, y además, tengo examen, de los pocos que me quedan para quitarme la carrera!
-No, pero que sí, que lo eres.
Nada, que al final voy con él, salvo el mundo de una amenaza de la hostia. (Una especie de Dragón del opus dei que sabía hacer ecuaciones azules) vuelvo a casa y me pongo a estudiar.  Economía.
¿Pero tú te crees?

20130907

Suum Cuique Tribuere, Parte 6.

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Mi nombre es Oropótamos. Pero he tenido muchísimos nombres más. Or, Oro, Eurós, Ropotan, Orohpotam, Orus Potham etc. Me acuerdo de todos y cada uno de ellos. De hecho, Oropótamos es un constructo artificial que mezcla casi todos mis nombres en una única palabra. No me gusta nada. Absolutamente nada. Pero los Burócratas dijeron que todos necesitabamos un nombre. Incluso nosotros. Los dioses. Sí, utilizo la palabra Dioses sin ningún reparo. Es lo que somos. No “individuos privados de muerte”. Vamos, eso es estúpido. Yo ví con mis ojos como el bueno de Turgud moría, atravesado por una espada. Y cómo el Tkcha fue enviado a vagar en soledad a lo más profundo del espacio ¿No es eso la muerte? ¿Y yo? He visto morir a la mayoría de personas que he considerado amigos. Que yo sepa, eso no se puede considerar “estar privado de la muerte”. De hecho, estoy mucho más cerca de ella que casi todos. Cuando me llamaban Orophan, el Testigo, realmente querían decir Orophan, el Testigo de la muerte. Por lo que he comprobado, la mayoría de Dioses y humanos que he conocido en estos millones de años no son capaces de recordar todo completamente. “Olvidan”. Por lo tanto, uno de mis “Dones” divinos parece ser una memoria absoluta. Alguna vez, en algún momento de gran tristeza o desolación, he pensado que me gustaría sentir eso de olvidar. Pero luego he descubierto que la gente sólo se olvida de los detalles nimios. Nunca de las grandes cosas. Así que bueno. Tampoco es que tenga mucha envidia. Esa memoria perfecta me había apartado siempre de escribir estas memorias ¿Para qué voy a escribirlo, si simplemente necesito recordarlo? Pero, curiosamente, siempre sentía una necesidad imperiosa de escribirlas. Estúpido. Estupidísimo. Es como si una voz me susurrase al oído que las escribiese. De hecho, empecé a hacerlo hace mucho, en piedra, antes de que existiese la escritura como tal. Los “Glifos de Phatdomos”. Que dieron muchísimas vueltas, primero entre tribus, entre reinos después, y hace unos ciento y algo años entre los arqueólogos, pensando que eran mágicos. Aunque, por lo que sé, creo que se basaron en esos dibujos de adolescente emocionado por su primera experiencia sexual para construir la primera lengua escrita. Y luego, a los burócratas les parece que no es correcto llamarnos “Dioses”. Cojones.

El caso es, que aquella Pseudo-escritura de los Glifos de Phatdomos hablando de las tetas de Herp no se podría considerar unas memorias, así que esa “llamada a escribir” siguió dando vueltas en mi cabeza. Hace unos cien años, con la muerte de Margoreth, que fue casi como una liberación ya ,porque la chica ni fu ni fa, me dije a mí mismo “llegó el momento de hacerlo”. La verdad era que sí, era el mejor momento. Durante la enfermedad de Margoreth había descubierto, que, una vez superada la frontera del hambre, no necesitaba comer. Y con Margoreth muerta no tenía nada, absolutamente nada que hacer. No tenía que trabajar para conseguir dinero, ya que no necesitaba comida, y tenía grandes provisiones de tinta y papel que Margoreth había acumulado tontamente en su etapa de “quiero ser poeta”. Pero en lugar de ponerme a escribir, me senté en un butacón y me quedé ahí. Dormía cuando me llegaba el sueño y me despertaba despacio cuando sentía que mi cuerpo no podía mantenerme dormido por más tiempo. Mientras mantenía los ojos abiertos iba viendo como el polvo se iba posando sobre el salón. Cómo las arañas formaban telarañas, alguna de ellas utilizándome de punto de apoyo. Oía cómo los niños del barrio señalaban a mi casa y decían que estaba embrujada. Cómo tiraban piedras. Cómo alguno de ellos se llegaba a atrever a entrar, pero se cagaba de miedo al verme ahí, sentado, ni despierto ni dormido. Y así se pasaron cien años. Así que esta mañana, al fin, tras conseguir superar la pereza, decidí levantarme e ir a escribir. Y aquí estoy.
Me llamo Oropótamos y estas son mis memorias.
Nací en la Erupción del volcán que hoy día llamáis Tyatya. Bueno, mi “hoy día” es más o menos hace cien años. Pero vamos, esas cosas no suelen cambiar mucho. Igual ahora se llama Tyat. Los nombres, con el tiempo tienden a ir haciéndose más fáciles y tontos. Pero eso los burócratas no lo saben. Y agarran y me ponen a mí de nombre “Oropótamos”. Manda cojones. Bueno, pues eso, que, a ver, Nací exactamente en la explosión. De lo de antes no recuerdo absolutamente nada. El calorcito del magma y sonidos profundos.Pero igual ni existía y lo que es la explosión me creó. O igual llevaba en el magma millones de años, desde el origen del universo. Cuando salí fuera, a la atmósfera, el ruido la explosión y toda la mierda me hicieron llorar. Y nada, me quedé ahí, entre el magma que se solidificaba lentamente a mi alrededor. Un animal gigantesco, que los paleoantropólogos hace cien años bautizaron como León Kindral, me olisqueó y me dejó. Cuatro meses y dos días más tarde vino un grupo de humanos y diciendo tonterías en una lengua que tardé tres o cuatro años en acabar de comprender del todo. Era una tribu de Mestizos. Mestizos de Prehombres y hombres. Creo que es insustancial para la historia el número de individuos de la tribu, aunque, me parece importante señalar que Norns-sorns, el líder, tenía una ceja con 1500 pelos más que la otra. Sin embargo, en el resto de los miembros de la tribu, las cantidades de pelos en cada ceja eran más regulares. Llegando hasta el caso de la bella Tiad-tiar, que, durante 8 de los 10 años que la conocí, tenía exactamente el mismo número de pelos en cada ceja. Creo que por eso me parecía tan guapa. Y eso que, leches, tenía el rostro carente de barbilla típico de los Prehombres. Caminaban hacia el Norte. Entre los grupos humanos de esa zona, corrían leyendas sobre unos valles prósperos muy al norte. Me uní a ellos, o mejor dicho, me recogieron. La anciana Maed-Maer me cuidó durante mis primeros 37 días, en los que dimos en torno a ciento treinta pasos cada día. Algunos días más y otros días menos. Eso ya en función del clima y si el terreno era más o menos escarpado. Pasados esos 37 días Maed-Maer murió y pasé a ser cuidado por Yandre. Yandre era mucho más humana y menos prehumana. La diferencia entre sus cejas era únicamente de 80 pelos. Andaba muy deprisa y por las noches me cantaba canciones. Ninguno de los otros cantaba canciones. Eso me hacía pensar que Yandre provenía de otro grupo. Pero tampoco lo puedo asegurar. No entendía del todo su idioma. En los 13 meses que pasé con ellos antes de que fuesen exterminados por bestias salvajes (Todos excepto la bella Tiad-tiar, a quien salvé la vida) llegué a entender su idioma lo suficiente como para descubrir que yo no era lo mismo que ellos y que ellos pensaban que yo sí que era como ellos. Unos idiotas. Tiad-Tiar, aquel día descubrió que yo era diferente. Pero se lo guardó para nosotros dos. Y luego al final murió.

Suum Cuique Tribuere, Parte 5.

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Parte 1:
Parte 2:
Parte 3:
Parte 4:

La luz comienza a picarme en los ojos. Huele a mar y a mierda mezclados. Me acuerdo de un perro y de un despacho. Son dos recuerdos separados, pero me vienen a la cabeza juntos.El despacho está lleno de botellas de vodka. El perro es blanco,con manchas grises. Sé que sabía su nombre. Así como su raza. Sé que el perro está muy lejano. Mucho más lejano que el despacho, que también está muy lejano. Comienzo, muy despacio, a darme cuenta, otra vez, de  la diferencia entre espacio y tiempo. Algo muy grande pasa sobre mí, oscureciendo el... ¿Sol? Sí. Sol. Hace un sonido burbujeante y vuela. Podría decir que era un autobús. Pero los autobuses no vuelan. Quizás ahora sí. Estoy desnudo, tumbado sobre un montón de basura. Sí. Es un autobús. Madre mía. Algo me hace pensar que ta no estoy en 1920. Es muy probable que aquel crimen se quedase sin resolver. Y esa chica sureña de cejas francesas. Esa chica. No. Probablemente ella no esté por la labor de buscarme tampoco. Ni por dejarse encontrar. Probablemente cosas así me han pasado miles de veces. Pero esta vez me duele especialmente. Prque no me acuerdo de las otras veces. Así que esta es la única vez real.La única vez que me importa ahora mismo. Putísima mierda. Me pongo a llorar. Sigo llorando cuando me pongo de pie, en mitad de un enorme vertedero no se ve el horizonte, de tantos kilómetros cuadrados de mierda. Otra sombra vuelve a pasar. Sí, rayos. Es un autobús. Ahora lo veo claramente. No recuerdo casi nada más de antes. Sólo el perro. Eso, y que hay otros como yo. Y que decidí separarme de ellos hace mucho tiempo. Me gustaría poder encontrar a alguno de ellos. Viejos orgullos y rencillas ya no importan. No me acuerdo de nada.  Lloro.

Espera. Puedo encontrarlos. O al menos a uno de ellos. Cierro los ojos y comienzo a andar. Sé hacia donde voy.  Parece que camino por una playa en la que cada grano de arena es tan grande como mi cabeza.
Creo que paso varios días caminando, hasta que sé que tengo que abrir los ojos.  Estoy en las ruinas (bastante bien conservadas) de una casa. Su ropa está parcialmente apolillada. Casi del todo. Me mira. Su mano no para de escribir. Al levantar la cabeza para mirarme, rompe un montón de telarañas. Su corbata se deshace del todo y cae.
-Hola, Scott.- No lo sabía, pero sé que Scott es uno de mis nombres.-Probablemente he estado escribiéndolo para tí,  Scott el que no puede permanecer muerto.
Me señala al suelo, junto a él. Lo que yo había tomado por escombros, son en realidad millones de fóleos apilados, con la tinta ya casi borrada. Le miro y me siento a leer.

20130906

Suum Cuique Tribuere, Parte 4.

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Parte 1:
Parte 2:
Parte 3:

Llaman al timbre en mi sueño. Me levanto y abro la puerta. Hay un señor gordito, con cara de campana. No campana de iglesia. Campana de timbre, que suena. Sigue sonando. Le toco la campana, para que no vibre. El sonido pasa a través de mí, y es mi propio cerebro el que vibra y suena. El señor gordito ya no tiene cara de campana. Ahora tiene cara de señor gordito, que me mira y sonríe. Mi cerebro sigue sonando igual que el timbre de mi despacho. El señor me mira a la cara y me dice que se escribe vodka, no wodka. Le digo que lo escribo como me sale de los cojones. Pero en realidad no salen palabras de mi boca, sólo el timbre de mi despacho.Coño. Intento gritar. Timbre. Grito: Timbre. Grito: Timbre. Grito más fuerte y oigo un balbuceo ridículo salir de mi boca, y luego un cristal roto. Abro los ojos. Estoy tirado en mi escritorio. Suena el timbre. Hay demasiadas botellas de vodka vacías por ahí tiradas. El vaso, sin embargo, sigue lleno. Timbre.  Noto la resaca asomando, detrás de mi nuca. Timbre. No hay que romper el ciclo del alcohol. Timbre. Me lo bebo de un trago. Timbre.
-¡COÑO, SÍ, ENTRA! -No sé quien es. Ni quien puede ser.
-¡ESTÁ CERRADO, VEN A ABRIRME!- Mierda, es una voz de hombre. Una vox populi de estas que hay miles. No se usa así vox populi. Ya lo sé.
-Ah, mierda ¡VOY! Pero voy despacio¡VOY, EH!¡NO TARDO NADA! Mentira.
Piso dos o veinte botellas de vodka, de camino hacia allá. Abro la puerta. Puñetazo en la cara. Lo recibo, quiero decir. Salgo corriendo otra vez hacia mi mesa. Piso una botella de Vodka, que rueda. Caigo al suelo, me parto el cuello y me muero. Es una mierda morirse. Se te desordenan los recuerdos. Acabas recuperándolos, en su orden correcto más o menos, pero tarda muchísimo. Unos seis años. Joder. No he muerto demasiadas veces. La primera fue muy cerca del polo. Creo que pasé unos seis años muertos, hasta que desperté mucho más al sur, en mitad de un Iceberg que flotaba frente a Alaska, con los dedos de los pies comidos por un oso polar. O congelados y rotos.
 Una familia me adoptó durante un tiempo. Les ayudé todo lo que pude, y me dieron alojamiento y comida Pero me follé a su hija y el padre me metió un disparo en mitad del pecho. Tras una semana desperté, sin acordarme siquiera de quien era y porqué estaba desnudo en mitad de la nieve. Bajando hacia el sur me pilló un tren. Creo que me partió por la mitad, porque, mientras todo se apagaba, veía mis piernas frente a mí. No sé si me crecieron unas nuevas o los chicos de la morgue de Toronto, muy majos ellos, me las cosieron, pero el caso es que cuando me escapé de allí, las tenía. Junto con mis pantalones. Aquí, aunque me cueste reconocerlo, me habré muerto dos o tres veces de coma etílico. Sé que está mal. Pero, en los seis años que llevo aquí, sólo el vodka y el sexo me hacen olvidar. Bueno, en realidad no. En realidad me hacen olvidar el intentar recordar. Es una auténtica mierda el tener todo mezclado ahí dentro. Y las cosas que se van perdiendo, que también. Mira, noto algo de calor. Eso es que estoy resucitando, así que adiós...

No puedo mover las manos. Un señor vestido de una forma que no alcanzo a comprender está enfrente mío, hablándome en, creo, que inglés. Habla muy cerca de mí. Algo sale de su boca y acaba en mi cara. Una palabra me asoma al final del cerebro. Saliva. Hostias. Me acabo de dar cuenta. Es una palabra inglesa. Estoy pensando en inglés. Entonces, puedo entender lo que dice este tío.
-...staste con mi mujer, so cabrón. Te voy a matar. Poco a poco. Y no, no pongas esa cara.
Oh, genial. Justo acababa de recordar que acababa de resucitar.

20130904

Sobre los libros que te enseñan a hacer fotografía con el móvil.

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AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGHHHHHHHHH,
MAnkssngjñafnJDLS D  FAJSFAJASJFKAFAK LDGLA SGND JBNASGASDGLASJGS GGUUÑAEGJOÑDF KJFJIJFAJEIJAOIJOIJAIOSASJ
AADAFPOAJEFIAJEFIJAG KLJOIGJADCJMG LALЧТО ЗА ХЕРНЯ?? КАТИСЬ ОНО ВСЕ К ЧЕРТУ, МАТЬ ВАШУ!! J la muerte del yo como algo intelectual y su renacimiento como una herramienta más de la sociedad de consumo alkfjlals l alf huqh uahs ah uh oih h yg yu ui ih uih igafuygiqu2h hu2 hohoih ioqh 82h228 MECAGÜENDIOS MENUDAPUTA MIERDA LA HUMANIDADSEESTÁ COLANDO PORELSUMIDERODELAMIERDA TANTA MODERNEZ Y TANTA HOSTIAcAGOENLAPUTAVIRGUENCAGOENTODONOHAYRAZÓN PARASEGUIR VVIVIENDOENUNMUNDOASÍKEFKLRGIOAGJIOEGJOADOASJFLAJFJAPFAFJAOPFAPWTPW CÁNCER CÁNCER SIDA SIDA CATARRO VIRUELA MUERTE GUERRA MOCOS
AOBLDFAKLNFLK APJFA J OIFAKAL LKA AJAKLJ JFKL JLKA J AJF Js gho qrh o siog wiogt ioeghseir oi oh oih ahfio ioh ioar8q q8ohr  aas fuck fuck fuck bullshit shit shit fikken SGLAKL H IALF  OPFPAJ LAJIQ JJ JA JAIJPJQPJQPWJP APOJD AHUBA HHUA HIO HEAVY METAL POR EL CULO CON PINCHOS Y RELÁMPAGOS AJFLKJKLJ KJAL AJ SK
КАКОГО ЧЕРТА! Я ЗДЕСЬ ВСЕ ВBЕРХ ДНОМ ПЕРЕВЕРНУ, МАТЬ ВАШУ!
AJPFJAPJAPOJSÑAJÑLJAÑLSJFLÑAJI NI

Bueno, hasta aquí mi humilde disertación sobre el tema, ¿no? Creo que mi opinión está bastante clara, creo.

20130831

Going Furiously fast to Nowhere - [part from the Short Stories Spiral project]

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-[...]the sun is setting.I´ve got things pending. The garage is still empty.- He closes the notebook and looks to her, expecting.-What do you think?
-Not bad. But, writing "poetry" is not going to help us here.
-Nilfred! Remember? Nilfred told us "when you get stuck, or in a bad situation... and... stuff, a good idea is to write down your emotions. That´s why I did...
-Don´t you dare even saying his bloody Name!... and...however-she curles his hair with her hand, desperatly frustrated-  I think he meant stucked INTO emotions. You know...  when you´ve had a bad day, or you feel down. NOT THIS!- She takes one hand off from the steering wheel to give more emphasis and suddenly the car trembles a little. He starts to scream.
-WAAAAARHG WEEEEEEEEEE ARE GONNA DIEEEEEEEEEEEERGH! AAAAARGH! 
-¡SHUT UP, LUVIN!
-WAAAAAAARGH! DYING IS TEEEEEEEERRIBLE!  IT SEEMS TO HURT SOOOOOOOOO BAAAAAAD WAAAAAAAAAAARGH!
-LUVIN!PLEASE! I CAN SHOUT TOO! YOU KNOW!!!???
-WAAAAAARGH!!!!
-SHUUUUUUUUUT UUUUUUUUP!!!!
-MOMMYYYYYY!!!! I WANT TO BE ALIVEEEEEE!!!!!!
-WAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!!!
-WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!!!
-WAAAAAAAAAAAAAARGH!!!!
-WAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!!!
-WAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!!!

The car passes again by the same petrol station. She realizes it and step strongly into the brake.
As soon as the car is totally stopped, Luvin opens the door and runs to the station, without shouting his big mouth for even a second. She rests her head in the wheel and  closes her eyes. The "Waaargh" fades out in the distance.Tranquility, quietness. She's not having none of  both latley. It´s hard to have them in her situation, however. But now, Luvin is far enough not to be heard. And the BIG situation, well, it does not matter now. Now she only cares about blackness and silence. Nothing is happening both out and in her head. The inner sea is totally calmed down. And nothing matters outside. The problems are really far and the...
-MARTHA!MARTHA! THE GARAGE IS STILL EMPTY!
Oh, Fuck. Here we go again.
- I DO FUCKING THANK YOU FOR TELLING ME THINGS THAT I FUCKING KNOW! IT´S THE TWENTY FUCKING NINTH TIME WE STOP IN HERE , STINKY PIECE OF SHIT!

Luvin looks at Martha, sadly, disappointedly, with his big green eyes shining.
-Sorry, Martha. I... was only... trying to... you know, help. Maybe, this time... was euh, different.
-Don´t worry Luvin. I´m just... so tired of that shit. It´s like... 6 days...6 montsh? I can´t even tell how long since that shit started. The sun is also stuck up in there.  I just. Well...

She leaves the car. Martha walks around, triying to keep her eyes far from the petrol Station. She seats in the car hood. It´s quite hot. She does not give a fuck about that now. Even the very air is 36 degrees hot. There's a signal. "Las vegas" 6 Miles left. Such a joke. A green car passes through the road. Fast as hell. They´ve seen thousands of green ferraris this days. The drivers seem to be going furiously fast to nowhere. They don´t stop. Never. Even if Martha and Luvin make gestures to them. they shaked their hands off. Thousand of times they even tried to hit the other cars. Nothing happened. But, the thng that amazed Luvin and Martha the most were the faces. All the drivers seem to share the same face. Angry, but inexpressive and soulless.
A big BIG noise coming from somewhere, just around the sky. A huge "Click" or something like that, and three more green ferraris pass.
And she felt the urge again. Maybe, if they going through all the green ferraris they could get to Vegas once for all.
-LUVIN! GET IN THE CAR! COME ON!
She turns the engine on, and Luvin runs to the car. He knows her when she get into that mood. Always, when the big ass "Click" makes the world tremble, the amount of green ferraris increases. She wants to run over them. There´s no point on speaking to her. She´s kind of mad or into some craziness mood ore some stuff  he don´t really know.

Their car, a red Ferrari, roars as a Juggernaut, and burns gallons of fuel, Furiously fast to Nowhere. Soon, they leave behind the other cars. In the distance, they can see the cheesy and lame skyline from "Las vegas". It does not move a little. It stays there, always at the same distance.

Game Over.
___________________________________________________________________________________
This story is partially inspired by "Furiosamente hacia ninguna parte" by Samuel Pérez  
It is part of the project "Short Stories Spiral".


 And, well, sorry for my English. Feel free to tell me about the mistakes I´ve made.
I´ll promise to do whatever it needs to be done.

20130821

Sobre los tráilers de las películas

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                             (Me)
me                         condiciono (,)          
creo                        cuando
lo que                    veo
quiero/es                lo que
sé     ( y)                ya
que intuía  (,)        sabía
 que                       por
 eso también           fuera (;/,)
es                          es malo.
               Decepción*

*Con la contada excepción de los que lo hacen bien
con la contada excepción de cuando lo hacen mal.
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No se revisa, no se filtra. Se vomita, el club club club de antes.
Eso no es lírica.
Qué pretendo, a ver. Escribir mierda , más mierda.  Hasta demostrarme a mí mismo
que la poesía no. Pues bien bobo soy.
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Escribir para que te lean con la intención de que parezca que
no escribes para que te lean.
"que parezca un accidente".
Que se gastan fortunas en publicar libros de poesía insolvente que no
va a ninguna parte económicamente. "Mis sentimientos que son míos para mí y no quiero que los lea todo el mundo por eso he hecho este libro/este blog"

Siempre he querido hacer esto que acabo de ver hacer a este tío por primera vez en mi vida.
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Imitar a Roger Wolfe y sus alegres amigos. Eso es lo que hago esta noche.
Y quedarme a gusto, la verdad. Tenía mono de escribir poesía. Esto no lo es, pero:

(voy  a ponere épico y tontorrón)
       En una época de Falsos* dioses con forma de manzana mordida, por qué no puede
       un gilipollas, desde un portátil desde su cama, sentirse en la cresta de la ola ( con
      fugaz temporalidad que eso conlleva) de putoamismo artístico y artie y encima
      ,de regalo y porque sí, criticar un poquito y suave la sociedad de consumo y cosas.

*No son más falsos que otros. De hecho tienen más milagros reconocidos por kilómetro cuadrado que, yo que sé, San Escribá de Balaguer, por ejemplo.
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Me apetecía escribir Visceral.
Visceralidad no es lo mismo que lírica.
¡Hola, Buenos días!
Soy un gilipollas que se equivoca.
                         (Imaginaos a Ramón Langa leyéndolo, muy impostado, muy calmado. Bebiendo
                            agua de vez en cuando)
Arreglado.

Titulo Título.

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Me encanta poner títulos.
En una sola palabra, darles expectativas de algo.
Para luego rompérsela, quizás.
Un váter que dentro guarda una mansión.
Una bonita puerta que dentro guarda mierda.
O un váter que dentro guarda una bonita mierda.
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Tic
tac
club. Sí, es más un Club Cuck, Tuc.

El español es una mierda de idioma para las onomatopeyas. Tiene muchas cosas buenas. Pero el Español, al menos para mí, que soy el que importa por que soy el que habla es muy poco natural, poco visceral para eso.

Por eso no sé bien como suenan las teclas de mi ordenador. Es por eso y no porque esté sordo. Que no lo estoy, además.
Oye, Esto es mierda. Mañana lo borro.

O no.
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Poner una palabra detrás
de
otra
así como hacen los que saben, imitándoles. Sabiendo que no vas
a
ninguna
parte.


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Cuando no sabes lo que quieres
, lo bueno,
es que, al menos sabes que algo hay que quieres.
Nunca no sabes lo que quieres cuando no quieres nada.
Cuando no sabes lo que quieres quieres algo u otro algo o los dos algos. Pero querer, quieres.

El caso es que nada va por ahí. Y la lírica que yo quería hacer era más cercana y zafia. Menos Chorraminga.
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Por la noche todo es más azul, o más naranja
en Burgos.
Todo es más claro, más blanco de frente a una pantalla de Ordenador.
Quiero escribir poesía, Lírica autoimpuesta que deje de ser poesía por
quererla y por obligarse. Y esto no lo es. Pero me da igual
hoy.

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A lo lejos ves un camino que sube muchísimo.
 Sube exactamente hasta donde quieres llegar. Abajo tiene  una sombra, que sigue pegada al suelo, abajo, abajo.
Caminas muchísimo, pero aún no llegas al camino que sube. Caminas y caminas hasta que te has dado cuenta de que caminas por la sombra.

Y, o te has equivocado, o resulta que la sombra es lo que sube y el camino lo de abajo.

20130715

El Viejo [Relato]

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-Vaya tetas. Quiero decir, son grandes. Llamativamente grandes. Mucho más grandes que unas tetas habituales. Lo cierto es que disfrutaría mucho apretándolas con mis manos, y la posibilidad de una experiencia sexual con un cuerpo como ese sería muy placentera. ¿Algo más?
-Nada. Eso. Sólo probar. A ver, y eso.
Me dí la vuelta y me fui. Y le dió igual. Los últimos siglos estaban siendo la mierda. No había manera. Desde la extinción de la humanidad estaba todo muy parado. Una puta mierda, vamos.
En 2036, la Onu acabó admitiendo que los ciudadanos robot tenían los mismos derechos que los ciudadanos orgánicos. Diez años después todas las iglesias oficiales  comenzaron lo que los historiadores (los que quedaban) acabaron llamando "la carrera armamentística del alma". Bautizos masivos de ciudadanos robot. Había una especie de competencia a ver qué religión era la más ciber-tolerante de todas. El récord de la estupidez se lo llevó, creo, la Iglesia del Adventismo Vodafone-Amor-300, al bautizar de una vez unos 1000 ciber-tanques del ejercito Pepsico. Al incorporar una tecmo-neurona para ser capaz de tomar decisiones propias en caso de emergencia, existía un vacío legal que los consideraba "ciudadanos robot", pese a no ser más que vehículos de guerra con capacidad de fuego autónoma.
Creo que fue, precisamente ese mismo modelo de Tanques los que acabaron matando al último reducto de humanos orgánicos auténticos. Nunca hubo, en realidad una guerra humano-máquina. Fue una guerra entre corporaciones. Poco a poco, las empresas fueron ganando poder. Tanto ,que los directivos acababan cediendo los puestos de poder a Máquinas. Estas, a diferencia de los humanos eran Absolutamente Incorruptibles. Daban todo por la empresa. Lo cual, fue el error. El individualismo, que fue tan criticado a lo largo de la existencia de los humanos era lo único que les mantenía vivos. Pero las empresas, esos entes sociales hacían TODO lo posible por su supervivencia, en un Darwinismo Bursátil cada vez más feroz. Las guerras con violencia real entre las megacorporaciones no tardaron en llegar. Los humanos caían como daños colaterales, que en realidad no eran casi ni daños, ya que estaba establecido por ley que los humanos debían de cobrar un sueldo 3 veces mayor al sueldo mínimo robot. Algunos estudiosos comentan que en aquel momento, y a raíz de esa idea algunos de esos muertos fueron auténticos asesinatos deliberados. Pero no existe ninguna prueba.  De todas formas, esas muertes hicieron que la menguada humanidad huyese a las Bio-reservas de la Antártida. Bio-reserva, en la actualidad, aparece en los ciberdiccionarios como sinónimo de trampa para ratones. ( Si luego, en el diccionario buscas trampa para ratones te hace un ejemplo con respecto a un lugar sin salida donde alguien o algo acaba convirtiéndose en Piezas No Funcionales [PNF].

Estudios de mercado y de productividad le hicieron a Pepsico descubrir que, si acababa con la humanidad, el nivel de oxígeno en la atmósfera se dispararía, con lo que la producción de su bebida P3 se abartaría en un 200%. El problema que surgiría de la desaparición de los humanos (desaparición total de los consumidores) se podría solucionar con la creación de Robots-consumidores, que, además, hasta que las empresas enemigas copiasen, les permitía controlar el mercado, y alzarse con un monopolio, quizás no muy duradero, pero capaz de generar increíbles beneficios.

Así que la humanidad se fue a la puta mierda para que una bebida con burbujas sabor  Cocacola fuese más fácil de fabricar.

¿Qué pasó? Que, extrañamente, yo, seguí existiendo. Y no debería. El de arriba ya no está. Ni su hijo, ni los vecinos de los lados, ni el abuelo. Sólo yo. Vacío, aburrido y muerto de asco en el Trono del Infierno, ahora helado. Se me ha ocurrido pensar que sigo vivo porque las corporaciones siguen, de alguna manera, manteniendo vivos los malos deseos de la humanidad. Son enormes monstruos sin corazón, y con pequeños resquicios de lo más oscuro de las almas de individuos muertos
 Puedes ofrecer todas las tentaciones que quieras a un robot. Pero un robot no dudará. Caerá en ella o no, según le apetezca en ese momento o no. Un robot podrá hacer acciones "malvadas e inmorales". El problema es que no tendrá ningún tipo de sensación de estar haciendo el mal. No hay ningún tipo de culpa. Y así no. Así no hay manera. Y todo sigue furiosamente rápido hacia ninguna parte.






Y debería alegrarme, porque soy el malo.
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 Este relato está inspirado en parte en Ad Infinitum, de Samuel Pérez.

Forma parte del proyecto Espiral de relatos.

20130525

El Dragón de Madera [Relato]

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Se había pasado todos los niveles. Dos veces al menos, cada uno de ellos. Algunos, los que tenían multitud de enemigos hasta doce veces. Había conseguido CASI todas las espadas.
En realidad no se había pasado todos los niveles. Aún le quedaba vencer al dragón de madera. Una misión que te  daban si, en los niveles en los que eres joven, antes de que las tropas oscuras maten a tus padres, le llevas una baya azul a la anciana que vende la flauta con la que despiertas al señor gordo que luego te da la llave del cobertizo en el que te escondes y evitas que las tropas oscuras te maten a ti.
Si le das la baya azul a la vieja, ella la mirará sorprendida y la sembrará en un tiestecito de su huerto. Había leído en internet que si después de vencer a Melquiades el Oscuro, PERO sin haber matado a sus concubinas (en realidad era muy fácil no matarlas. De hecho, era igual de fácil matarlas que no matarlas. Por eso era difícil no matarlas, porque era jodidamente fácil y divertido matar a esas dos chicas morenas con las tetas perfectamente esféricas que habitaban en un universo en el que, en teoría, no existían los polímeros de silicona), al ir a hablar con ellas, descubrías que eran nietas de aquella vieja que vendía flautas (bueno, en realidad "flauta",en singular, y jodidamente cara, porque tenías que  llevarle la manzana roja que estaba en el huerto del señor de los perros locos).
El caso es que su abuela les había regalado el dichoso tiesto en el que había sembrado la baya azul.Y la baya azul había crecido hasta ser un gigantesco árbol levemente azulado. Había intentado buscar gameplays de esta parte, pero no los había encontrado. Sólo tutoriales en blogs. No había acuerdo. Algunos decían que al presionar я (que, si habías vencido al general Drevlin en forma demoníaca, equivalía a lanzarle un rayo de energía-corazón, que la canalizabas con el colgante demo-drevlin) frente al árbol, este se convertía en un gigantesco dragón de madera. Otras decían que el árbol, al verte, hacía una reverencia y aparecía una puerta y podías acceder a una réplica de este mundo, pero hecha de madera. Entonces, si ibas a la cueva del Morco (que en la versión normal-no-madera del juego sólo tenía el esqueleto de un dragón que vivió hace trescientos años) había un dragón de madera. Este estaba vivo. Luego, bueno. Matar al dragón de Madera y te daba una espada de madera. Lo gracioso de la espada de madera era que era igual que la primera espada que tenías en el juego, pero millones de veces más poderosa. La espada más poderosa del juego. Lo más en espadas. De hecho, probablemente era la espada más poderosa que había en ningún otro juego.O eso decían en los blogs. Su Padre era rico.

Su padre era rico y político corrupto. Ganaba mucho dinero al mes, y con sus trapicheos, conseguía aún más. Él no lo sabía. él se limitaba a jugar mucho tiempo al juego, porque para poder vencer al dragón de madera había que tener un nivel altísimo, y ser muy muy poderoso. Una vez conseguías la Espada de Madera ya no había ningún enemigo en todo el juego que pudiese resistirse. De hecho, ya no quedaba, literalmente, ningún enemigo. El dragón de Madera era el último enemigo que quedaba en el juego. Una vez hecho eso no se podía hacer absolutamente nada. Bueno, podías ir a los niveles que ya te habías pasado y vencer a los enemigos que ya habías vencido con antelación con la espada de madera, que ahora no te suponía ningún tipo de reto. Una vez le contó todo esto a su padre. Su padre se rió y dijo que era una pérdida de tiempo. Su padre se fue a trabajar para ganar mucho dinero.

Un CD, un DVD ,y un Blu-Ray creo que también, deja de funcionar pasados 50 años. Desaparece por completo. No hay dragones de madera ni espadas ni enemigos a los que vencer fácilmente. Un humano suele dejar de funcionar en torno a los 100 años o menos.



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 Este relato está inspirado en parte en Doña Juana Soprano, de Samuel Pérez.

Forma parte del proyecto Espiral de relatos."El Dragón de Madera"  inspiró a su vez el relato Ad Infinitum , también de Samuel Pérez.

20130319

Un evangelizador de Ballenas. [Relato]

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Al acabar el erasmus me fui a Edimburgo a vivir con mi novia. Nos queríamos mucho, así que lo dejamos .Gaitas, kilts, gaitas, sidra y los huevos. Escapando, pero despacio y sin quererlo. Una calmada ausencia de premeditación y 9 días y dos horas más tarde y estaba en Barcelona. Barcelona tórrida y nocturna; la estación de Nord y sus habitantes, una panda de perdedores  condenados a pernoctar en la estación. Entre los que me incluyo, claro. Considerando que mi historia era la más triste y puta de todas, las primeras horas me limité a sufrir por el calor, pasear e intentar convencer a la dependienta del puesto de perritos calientes de que aceptase un billete de cinco libras para pagar un bocadillo de dos euros. Pasando la noche y viendo que  mi novia (ex-novia) no iba a aparecer montada en un my little pony blanco a salvarme y que tampoco iba a conseguir comer nada, fui a sentarme. Divagué a lo tonto sobre la cercanía de la realidad a la ficción y sobre la ausencia de una estructura narrativa en la vida. Las historias, en realidad comienzan, si lo hacen, despacio, como un pincel con mucha suavidad de Photoshop, y se acaban de repente, sin haber tenido tiempo para un nudo y un desenlace. Otras veces se planteaba un nudo que nunca se iba a desenlazar. Y a veces no son más que un planteamiento que nunca se llega a a anud...

-¡Oye, déjame tu DNI! Que tengo que mirar a ver si he cobrado y no me fío d e tí para la maleta
-¿Qué?
Un chungales, con aspecto de haber tenido ese aspecto durante los últimos doce años. Una voz rasgada genérica y una cara a la que la vida había dejado desprovista de rasgos individuales.
- Que me dejes el DNI, que voy a dejar la maleta a tu cargo, y así me aseguro de que cuando vuelva vas a estar.-Estoy segurísimo de que no lo dijo con esas palabras, pero esto es autoficción, y lo recuerdo como quiero- que tengo que ir a mirar al banco a ver si me han ingresado el dinero, que hoy cobro.

Por "hoy" he de matizar que se refería a un domingo a las 10 de la noche.O a las 12.

-No. A ver -dije-. A mí me da igual que la dejes o no. Si la dejas aquí te la vigilo, pero mi DNI no te lo voy a dar. Si no te fías te la llevas, que me da igual.

Dijo algo en un idioma que aún no entiendo porque no he estado en la cárcel (aún). Se fue a importunar a una señora muy mayor. Estaba algo sorda, así que el que la defendió era un señor que no estaba gordito, pero parecía que estaba dibujado entero con círculos. Era muy gracioso de ver.

-Mira, la dejo ahí, pero como no esté al volver, te busco y te mato.

Me acerqué mucho la maleta, y me puse a leer. Otro chico se acercó a pedirme dinero para tabaco. Me reí un poco y le enseñé mi billete de cinco libras. Torció el gesto y se marchó.

El tío volvió. No había cobrado, lo cual le sentó muy mal. Cogió su maleta, con muy mal genio y se la llevó fuera. Por entre la puerta le ví abrirla y revisarla entera. Ropa más o menos limpia y un montón de cables. Igual había algo más interesante dentro, pero no lo llegué a ver. Volvió donde mí y me pidió dinero. A este no le hice el chiste de las libras. "No tengo".

-¡MACAGÜENDIOSH!

Y varias patadas a la máquina de tabaco. E importunar a la señora y al señor dibujado con círculos. Y a todo esto, yo estoy preocupándome porque las frases que estoy escribiendo no me queden demasiado largas.  Llevo todo el relato escribiendo como encorsetado. Muy agobiado por la tontería. He revisado ya el principio dos o tres veces. Pero bueno, yo AHORA estoy en la comodidad de mi hogar, escribiendo y con un trancazo. El yo de aquel agosto, el de Barcelona, ese es el que os interesa. Aquel Mario estaba mirando la portada de su libro en Inglés (ya se lo había acabado) y deseando que el chungales no me importunase a mí. Pese a mis deseos, el señorito lo hacía. En una de sus muchas salidas a "ver si le habían ingresado el dinero en el Banco", el señor dibujado con círculos se me acercó.

-¿Oye, vas a Burgos?

Quería ir al Baño y no quería dejar a la señora sola. Por si venía otra vez el loco de la pradera ese. Así que me senté con ella. Una señora majísima, la verdad. Chapada a la antigua, obviamente, porque, noventa años son noventa años. Pero majísima, oye.
Cuando volvió el Señor Circulitos del baños, acabé descubriendo que les contaba lo que me había pasado en Escocia. Con bastante lujo de detalles. No me refiero a detalles escabrosos, sino a cosas que no contarías a tu abuela. Como si fuesen unos amigos que acabas de conocer en plena borrachera, sólo que sin estar borracho.
-¿Y no habíais pensado en casaros?
Me reí un poco.
-¿Casarnos?¡No! Yo, si me caso con alguien, será cuando tenga sesenta años. O más, no sé.
-Qué tonterías dices.
Circulitos sonreía al fondo, melancólicamente. Mi historia le había impresionado. Claro que sí.Era el más perdedor de allí, de la estación. Bueno. Probablemente el Chungales, que había vuelto a ir a ver si había cobrado, era más perdedor que yo. Pero bueno, en mi competición sólo contaban los seres humanos.

Meto aquí esta imagen para que el relato 
se haga un poquitín menos pesado de leer.
No tiene mucho que ver con la historia, la verdad.




-Es que los jóvenes de hoy día no os casáis ¡No os casáis! Y eso no está nada bien ¿Y tú -le preguntó a Circulitos-¿no te has casado?
-No, verá, yo, es que...
-Muy mal. Hay que casarse.
-¿Y Usted, Eufrasia-No se llamaba Eufrasia, pero da igual en realidad- No se ha casado?
Sonrió. Así, a lo triste.Será Viuda, pensé.
-No. No me casé.

Bum.

Mi primer puesto en el concurso de perdedores peligraba.

-Había un chico del pueblo, un chico que e gustaba, y nos llevábamos muy bien. Pero a mi padre no le parecía bien, así que me escapé...

¡Bien! Ahora si. Me abroché bien y presumí del enorme cinturón que había ganado en el campeonato de Perdedores. Mierda. Otra frase ahí largota. Justo hace unos segundos estaba supercontento porque había recuperado mi voz narrativa, de frases cortas y un poquito macarras, muy desapegada de la lírica. Cagüen.

-¿Juntos?
-No. Me vine a Barcelona yo sóla. Acabé entrando a trabajar en casa de unos señores y estuve ahí toda mi vida. No he tenido hijos, y ellos tampoco, así que acabé heredando todo. De vez en cuando vuelvo a Burgos,  a ver que tal está la casa que era de mi familia.

Bum.

Buf, qué mal. Circulitos (que le vamos a llamar Marcos a partir de ahora, porque Circulitos me está empezando a sonar muy mal) Marcos me había dicho al principio que él no tenía nada mejor que hacer,así que se quedó cuidando de Eufrasia (...) que había perdido su bus y tenía que coger el de la mañana.  Pero era bastante tarde. El tío pesado aquel había dejado de darnos la lata. Igual había cobrado, o igual se había ido a otra estación de Nord.
-Oye, Marcos. Si quieres puedes irte a casa... si te esperan o algo,ya cuido de ella. ¿A que sí Eufrasia? ¡Usted y yo ya nos podemos defender solos!
-No, si no me espera...
-Oye, Chiquito - Con noventa años tenía TODO el derecho del mundo a llamar chiquito a quien le saliese del coño.- ¿Y tu muj... ¿Tú te has casado?
-Yo. Bueno. Mi... Bueno. Yo me... iba a casar con una chica... habíamos sido novios durante varios años. El día antes de la boda se suicidó.

...

-Desde entonces yo, ya, las mujeres no... ninguna que... no.

...


-Dejó una nota. Pero no me dejaron leerla. Aunque yo ya tengo mi idea de lo que ponía. Yo me sé por dónde iban los tiros.


A las nueve o así llegó el Bus a la Estación. Eufrasia y yo nos subimos, y nos sentamos separados.
Seis horas más tarde llegamos a Burgos.



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Este relato inauguró el proyecto "Espiral de Relatos"  y a su vez inspiró(muy sesgadamente) esta pequeñita joya (pequeñita en cuanto a extensión, no en cuanto a calidad ni cantidad de trabajo) de Samuel: Doña Juana Soprano

20130318

Escribir sin nada que contar y la "mentira artística"

1 respuestas
Desde la entrada anterior, desde ese final abrupto, sigo pensando qué decir. Sobre qué hablar. Qué tengo yo que aportarle al mundo. Y descubro que no tengo absolutamente NADA que decir. Descubro que no soy alguien a quien le gusta escribir. Que sí que me gusta, pero bueno. No me gusta la escritura como fin. Que sí que me gusta, pero bueno. 

Vale. Es muy pronto para hacer una recapitulación sobre esta misma entrada, pero es el momento. Si no lo hago ahora, me perderé en caminos de metáforas tontas y barrabasadas que escritas quedan aparentemente bonitas y resultonas. Pues eso, recapitulemos:

No tengo nada que decir, nada que aportar y no me gusta la escritura como fin, aunque, quiero escribir. Ahí tenemos un planteamiento, encaminadísimo a un nudo. Y esto se convertiría en una narración. Y entonces ¿Habría algo que decir? La búsqueda de un tema sobre el que escribir. Pero no deja de ser todo muy "meta", acercándonos otra vez el "escribir por escribir", que era justo de lo que habíamos decidido huir. Así que, "Las aventuras de Mario Larrá en busca de un tema sobre el que esccribir" es una historia que será contada en otra ocasión, probablemente nunca.

Bueno, con la tonteria, hemos dado un paso más en esta inútil y masturbatoria divagación. La narración. La narración es, para mí, la manifestación perfecta de la escritura. Siendo, como soy, una persona muy poco práctica, pero mucho menos teórica, toda escritura que no esté encaminada a narrarnos una historia, a hablarnos de unos personajes, me parece , en cierto modo, vacía.
Nótese que no utilizo vacía de forma despectiva, ni mucho menos. Pero, pongamos por el caso, una bolsa de patatas, un revuelto de risketos, jumpers y pipas con cáscara. Todo junto, así. Vale. Ahora imaginad que la bolsa que compráis justo, coincide, que por un fallo de mecanización, no tiene risketos, que además, resulta que son vuestros favoritos. 
Pues vaya, ¿no?

En realidad, ahora que lo doy vueltas mucho más detenidamente, no pienso así del todo. Pero bueno. Sigamos.
A mí lo que me gusta es contar milongas. Pero no el hecho de contarlas. El hecho de creer que existen. ESO es lo bonito de la escritura. Hay mucho más que todo eso. Pero cuando realmente disfruto de la escritura (y de la creación en general, ya sea filmación o cómic [terreno en el que, durante este curso, me estoy sumergiendo irremisiblemente]) o teatro o cualquier mierda) es hacer creer a alguien que algo que sabe que es mentira, podría ser verdad. Esa existencia de cosas que has originado tú (en un nivel muy diferente al de tener hijos [nunca he tenido hijos así que hablo por hablar]) es lo que tengo que aportar al mundo.  Lo que quiero aportar, vamos. Pasarme la vida contando mentiras que, a fuerza de que haya gente que quiera creerlas, a su manera, serán verdad. Por eso quiero escribir. Por eso me gusta escribir en realidad. Inventarme, por ejemplo, un perrito, decir lo que hace, cómo lo hace, qué amigos tiene, de qué color es y que alguien, pensando en ese perrito, sienta la misma ternura (o el miedo) que sentiría ante ese perro. Eso.
 

En realidad, esto que he contado no tiene mucho que ver con eso que empezaba a decir al principio de la entrada. Imaginaos, he cambiado hasta cinco veces el título. Al principio se llamaba "el silencio de la escritura". Y aún ahora, me estoy planteando el cambiarla por "Mario Larrá se hace pajas hablando de lo de siempre". Pero bueno, no lo voy a hacer, porque si lo hiciese, esta divertida frase perdería la gracia. Y tendría que borrarla. Bueno, o añadir una explicación diciendo que antes se llamaba <> pero que al final sí la he cambiado por lo de las pajas. Pero no, no lo voy a cambiar. Y voy a dejar de escribir ahora esta entrada  y me voy a ir a la cama. Buenas noches a todos. 
Os prometo que la próxima entrada será un poquito menos innecesaria.

Yo también tengo un amigo que se llama Leo Finch, pero esta entrada no tiene nada que ver con la suya.

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Hace mucho que no escribo. No digo en el blog. Hace mucho que no escribo en general. Y es raro. Probablemente nunca había pasado tanto tiempo sin escribir en mi vida. O igual sí, no sé. Pero el caso es que he leído esta entrada y esta otra y me han entrado ganas de escribir otra vez. Escribir, así, sin tener nada que decir, como casi siempre. En el blog y en la vida. Escribir por escribir. Como hablar por hablar. Decir estupideces únicamente para rellenar el silencio. Porque yo soy de esa gente. Que dicen cosas para evitar los silencios. Como si los silencios fuesen malos. Y de hecho lo son. No voy a ir de profundo, no. Hay mucha gente, encabezados por Uma Thurman en Pulp Fiction que canta las virtudes del silencio. Yo no. Creo que los silencios son una mierda. Son mis enemigos. Son los que te hacen hablar, así, a lo bruto, decir sandeces. Pero yo iba a escribir sobre escribir, no escribir sobre hablar.
En la escritura, el silencio es mucho más terrible que en la voz. Los silencios son eternos. No están sujetos al tiempo.
¿Veis?

20120722

CHINA [relato]

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Hay un pueblecito en la china, en la provincia de Tai-Pei,donde todos los habitantes trabajan en la misma fábrica. Esto en sí no es nada raro, ya que en China hay cosas muy raras de ese tipo. Hay hasta siete pueblos que se llaman Samsung Ville. Pero bueno, la fábrica del pueblo del que estoy hablando es un negocio que empezó siendo familiar. Es una fábrica que hace recuerdos. Recuerdos turísticos, me refiero. Souvenirs, que dice la gente que es culta y leída. Recuerdos (Suvenires) que exporta a todo el mundo. A pie de fábrica hay una tienduca donde venden bolas de nieve de todas las ciudades del mundo, sevillanas, monstruos del lago ness, sombreros mejicanos y estatuas de la libertad. Gente de todos los pueblos de alrededor viajaban a esa tiendita y compraban cuatro o cinco imanes de las islas cíes, una postal de las cataratas del niágara y una bailarina hula hula. Y luego, cuando volvían a su pueblo, colocaban con mucho cuidado esas cosas de porcelana-plástico sobre la chimenea, en el frigorífico, o, en las casas donde el frigorífico estaba encastrado y no tenían sitio para imanes, sin ningún tipo de complejo, agarraban y las ponían en la caldera. Luego, estas familias chinas, como quien no quería la cosa invitaban a amigos y familiares a jugar al mus chino, o a tomar el té de la tarde. Los amigos y familiares veían los imanes y las figuritas y se imaginaban, muriéndose de envidia, todos los sitios en los que sus anfitriones habían estado. Pero este engaño no duró muchos años. La voz acabó corriéndose, y ya todo el mundo sabía de esa tienda. Pero aún así, no dejaban de comprar. Ese pequeño pueblo, sucursal de souvenires de todos los lugares del mundo, se transformó, a nivel de comarca china, eso sí, en un lugar turístico en sí mismo. El alcalde, que también trabajaba en la fábrica de souvenires, se dio cuenta de eso e hizo construir un parque. Con una explanada para barbacoas y unos columpios chinos. La inauguración del parque fue una fiesta por todo lo alto.Fueron casi veinte personas. Chinos todos. Había un estanque donde había carpas chinas que a los tres meses de la inauguración murieron, ya que todo el mundo que iba al parque echaba monedas chinas al estanque.

"te voy a poner el culo como la bandera del Japón" es algo que dicen mucho los practicantes de sexo anal en China. Por eso de la cercanía cultural y tal
Con el tiempo, ya nadie sabía que esos recuerdos eran en realidad recuerdos de otras ciudades. Pensaban que eran cosas así en sí. Artesanía china del pueblo ese. Artesanía de fábrica, ya ves tú. Pero artesanía. Un día, un chino discutió con su mujer china y durante la discusión , por causas aún por esclarecer, una bola de nieve con el World Trade Center se rompió. Casualmente, esa bola con las torres gemelas era la favorita de Ming-Ming, su mujer. El hombre fue a la tienda con los trozos, pidiendo un modelo igual. Pero el señor de la tienda le dijo que ese modelo ya no se hacía. Y le dijo que buscase algo parecido. Le enseñó una bola con las torres petronas, pero Bei, el marido de Ming-Ming no se dejó engañar. Buscando y rebuscando, encontró una postal de Nueva York, con las torres ahí, altas, en todo el medio. Y se iluminó el hombre. Una cosa bárbara lo que se le vino a la mente.Como si hubiese estado toda su vida con los ojos cerrados. "¡Coño!" dijo en chino "¡todos estas figuras son de sitios reales!" siguió diciendo, en chino también "¡Con la paga extra de navidad invitaré a Ming-Ming a esta ciudad, llamada Nueva York para que vea estas torres fuera de una bola de nieve!"
El viejo de la tienda, que era un chino muy chino y muy resabido él, dijo, "Eh, Bei" Le llamó por su nombre, porque en esa zona de china todos los chinos se conocen, que como está entre las montañas y son cuatro gatos es así muy hogareño y bucólico todo. Y con fábricas. "Eh, Bei" ,le dijo en chino "qué dices tú de ir a Nueva nosedónde, que estos sitios no existen, que son inventados, que es la gracia del pueblo este".
"Calla, calla" dijo Bei. Y se fue. Agarró a la Ming-Ming, miró vuelos baratos en Rayaner y dos semanas más tarde se iban a Nueva York por cuatro duros chinos. Ella iba engañanda. Pensaba que iba a ver a los abuelos, que vivían en un pueblo de la provincia de Hong-Kong. Y llegaron a Nueva York y no había torres gemelas. "¿Qué, qué me has traído aquí? ¿Qué coño de sitio es este?" dijo Ming-Ming en chino.Bei se quedó un poco triste. Y entonces se imaginó al viejo de la tienda diciéndole "¿Ves?".

20120529

Erasmor

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Aún recuerdo el momento en el que le dije a mi abuelo que me iba de Erasmus.
"Hínchate a follar y a beber. Como si no hubiese mañana. Destrózate la polla. Bebe tanto hasta que acabes despertándote cada día con una persona diferente. Hasta el punto de que tengas que levantar las sábanas a mirar a ver si la cosa que tienes al lado es chico, chica, animal u homúnculo levantado por antigua magia judía"
Me dí unos golpecitos con una pierna sobre la otra. Mi abuelo no lo vio, era domingo y estábamos comiendo paella. "Abuelo", le dije. "Tengo novia".
Me miró y sonrió un poco. "Ya, pero, bueno, ya sabes... esas cosas, un poco y tal". Me quedé un poco mosqueado, así que le insistí. "No, no. Que tengo novia, y eso, ya sabes". Me miró y sonrió. Y se empezó a reír. Alto y fuerte. Y el cabrón lo hizo muy bien. Si se hubiese reído una décima de segundo más, habría parecido todo mucho más forzado. Si se hubiese reído una décima de segundo menos no habría sido tan humillante.En lugar de intentar responder, agarré un langostino y comenzé chupar los granos de arroz amarillo que tenía pegados. Pero mi abuelo se respondió a sí mismo, no dándome ningún tipo de tregua. "En mi época, a los erasmus que se iban con novia, así, como tú y eso, ya sabes, les llamábamos -por mi mente se pasó la palabra idiota- Norasmus. Se pasaban el día entero en el Skype, lloriqueaban y cosas así. Y cuando acaba el Erasmus, no sólo lo han dejado con la novia, sino que, además casi no han aprendido el idioma y tal y sólo piensan en volver y todo eso... Me acuerdo yo, de mi Erasmus, en el Sahara Español, en la división de infantería, un tío de Murcia, un poquillo gafapasta, que siempre iba con su mac a todos los sitios y al final ni una..."
"Cállate" le dije. "Yo no soy así". Me miró, algo contrariado."Hombre, ya. Tu conocimiento de música indie es casi nulo. Y además, eres de Burgos y...".
"No, abuelo, lo que quiero decir, es que no me va a pasar eso. Eso que le pasó al tío ese gafapasta maquero de murcia" Al decirlo así todo seguido, se me hizo raro en la cabeza, mezclar el acento murciano con un Mac reproduciendo Lofoslesbian a todo trapo. Luego esa noche me dije a mí mismo que ese pensamiento era muy racista y me puse a dormir. " Digo, que no voy a volver arrepintiéndome de lo de haberme ido de Erasmus. Como dice Javier Krahe, No todo va a ser follar".
Mi abuelo, con toda la sabiduría de sus 81 años, o así me miró, condescendiente y tras hacerme un gesto para que me quitase un grano de arroz pegado en el bigote, me dijo.
"Es que no es eso, idiota. Es el hecho de tener tu corazón lejos. Te destroza. Te ata a nada.Te roba la energía. Te derrites. Y eso."
Con un gesto de altivez, negandome a mí mismo que pudiese tener razón, abrí el langostino y empecé a comerlo. Lo comía mal, como siempre. Quizás algo peor, porque estaba nervioso. Varias veces me tuve que sacar exoesqueleto de la boca.
"De hecho, si cuando vuelves me dices, pero sinceramente de a tope de estar sincero que no te arrepientes EN ABSOLUTO de haberte ido de erasmus... si me dices que te lo has pasado bien, genial y eso, pues... mira, te doy 2000€. Y así te compras un coche o algo"
Miré a mi abuelo y le dije que si estaba loco y tal y todo eso. Pero me pareció de puta madre. Estaba seguro de que iba a conseguir el "premio".
Erasmo de Rotterdam es el primer Erasmus conocido en la historia de la humanidad. Comentan que hizo su Erasmus en portugal y
que estudiaba algo así como el magisterio de su Época. La imagen es su único retrato conservado, que fue pintado por Velazquez. O Picasso.


En el avión, cuando iba hacia Irlanda, de pronto, me entró el miedo. Osea, que si me lo paso bien, genial, de puta Madre, porque encima tengo premio. Pero, joder ¿Y si mi abuelo tenía razón? Paso un erasmus de mierda, lloriqueando por Skype y tal y cual y eso y cuando llego a españa, encima mi abuelo me dirá "Te lo dije" y tendré la sensación de haber perdido 2000 € para comprarme un coche o algo. Que luego al final no me habría comprado un coche porque, así, sin sueldo un coche es un pozo de dinero y tal. Pero buf. Menudo palo. Así que nada. Llegado a la Irlanda, me esforcé a tope en pasármelo bien. Hubo días malos. De puta mierda. Lloré por Skype. Se me cambió completamente el sueño. Descubrí que las alemanas vegetarianas con síndrome de culpabilidad del holocausto y manía persecutoria por la limpieza son muy fáciles de odiar. Y que entienden más español del que parece a simple vista. Aunque espero que no llegue a leer esto. Y si lo lee que la den. Y luego también descubrí que nueve meses dan para mucho. En nueve meses puedes llegar a querer alguien. Y muchas cosas bonitas, pero que no quiero hacer una entrada cursi. Pero es que jolín. La palabra llorera, que es una palabra que utilizaba simplemente en mi cabeza, ya que no conozco un equivalente en Inglés, es una cosa que... eso, los últimos días del Erasmus y tal. Conoces a gente increíble, que , a fuerza de necesidad, se acaban convirtiendo en tu familia. Y de pronto rompes con ellos.Y "volver" a la "normalidad". Y tal, y eso. Y caca, y culo y mierda. Eso de lo de la gente increíble lo dijo Marion, en una despedida muy triste ayer por la noche. Vimos un nido de Cisne que nos miraba mal. El cisne, no un nido.
Ahora, aquí, en la estación de Autobuses de Santander, recuerdo la apuesta que hice con mi abuelo. Y me doy cuenta de que mi abuelo me la ha jugado. Mi abuelo nunca fue a la Universidad, así que eso del Erasmus y del tío de Murcia se lo inventó. Y además mi abuelo ya sabía que tengo novia y eso. Y que creo que sí, que, como pensé un día que bebí demasiada Sidra pensando que... bueno, eso, que se me fue la mano. Bueno, que ese día se me ocurrió durante un rato que toda la movida de la apuesta era una maniobra que mi abuelo orquestó para que pusiese todo mi empeño en disfrutar lo más a tope posible de mi erasmus. Y que el premio, en sí mismo sería el Erasmus. O yo que sé.

Mañana subo a pedirle el dinero.

20120509

Rana Guay.

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El otro día, al igual que ahora y casi siempre que acabo escribiendo una entrada en el blog, me entraron unas ganas tremendas de escapar. El problema es que no sé exactamente de dónde quiero escapar exactamente. Y eso está mal. Pero bueno, aún así, supuse (quizás no equivocándome del todo, o quizás completamente equivocado) que el sitio de donde me quería escapar era de casa. Por  "casa" he de aclarar que me refiero a la habitación en la que duermo, en una residencia de estudiantes, en Cork, Irlanda.  Salí de la habitación y miré por la terraza al río. Había muchas gaviotas, como siempre, y la marea (es una ría, no un río) estaba sorprendentemente baja o sorprendente alta, como siempre. Miré así, la vista tan bonita de Cork que se ve desde la terraza durante unos minutos. Así, los pájaros, tal, cual. El barco Julia, al fondo. Un primor de ciudad. Y dije. LECHES. Ya sé dónde quiero ir. Quiero salir de casa e ir a la calle. Ahora, con casa, me estoy refiriendo al piso de estudiantes donde está sita mi habitación. Así que me acabé de vestir del todo y salí a la calle. Ay, que bonito Cork, voy a pasear por Cork, que es Bonito.

Es Bonito, sí. Pero, a mí, un paseador incansable (Me gusta pasear, incluso, quedé segundo en el concurso de paseos de mi barrio [Y creo que quedé segundo porque ya me habían dado el primer premio de Brainstorming -sí, fue ese mismo año, estaba que lo petaba con todo- y les parecía mal que el mismo tío se llevase el primer premio en las dos categorías más importantes] con un paseo superbonito que hice) una ciudad de este palo, se me queda pequeña tope de rápido. Y más si pasea uno (yo) así, completamente solo. Es que si paseas solo, pues como que le exiges más al lugar por el que paseas, y no al simple vaivén de la aleatoriedad de la ruta, como una especie de cristalización ,inmaterial también, de la conversación. Y es que, los paseos, son un arte. Que yo, de paseos entiendo mucho, que , no sé si lo he dicho ya, pero, sí, sí lo he dicho.

Pues eso. Ese día, Cork, se me quedó algo corto. Así que dije, que igual, el sitio de donde quería escapar era de Cork. Pero bueno, he de decir, que Cork está en l´Irlande. Y en Irlanda las ciudades, cuando se las puede llamar ciudades, son muy perras. No te dejan irte. Venga casas, y más casas, pero de esas de planta baja. Que la primera barriada que ves es muy peculiesca y pintorescal y tal, pero la trigésimo tantas, pues ya, que has echado a correr, a ver si ves prados verdes, closefields, muritos de piedra y vacas, que se supone que es lo que define a Irlanda como Irlanda, o yo que sé, un celta.
Pero bueno, eso no me pasó el otro día. Me pasó un otro día, pero no el otro día del que os estoy hablando. El caso es que sabiéndome yo esa habilidad traidora y mala de Cork City, intenté ser más listo que él (Craso error, nunca se puede ser más inteligente que una ciudad, y mucho menos si la ciudad tiene un nombre tan tonto como Cork)  o ella. Todavía no tengo claro si Cork es hombre o mujer, como es así bajita y desparramado.  Bueno, pues eso, que intenté ser más listo y decidí escapar por una ruta diferente. Por el puerto. Que además, nunca había estado. Y me gustó. Es un sitio así, decadente a tope. La decadencia, en Irlanda y junto al mar siempre es mejor. Pero bueno, aquí no es junto al mar, es junto al rio (ría) pero nos vale. Os explico. Junto al mar (río[ría]) es mejor porque oxida y el óxido es tope decadente, y es uno de los emblemas de lo  romántico de nuestras  épocas. Y en Irlanda, la decadencia es más chuli que en general porque, a la mínima, agarra y te sale hierba en casi cualquier sitio. En los sobacos, por ejemplo. Ja ja ja. No, es broma. Te sale hierba en los sitios, en las piedras y eso, no en partes del cuerpo. Qué tontada.

Oye, me estoy alargando la puta hostia, que yo quería contar sólo una cosa MUY CURIOSA  que me pasó al final del paseo. Pero bueno, da igual.  Saltáis, si queréis, o algo.

En la cámara tengo alguna foto del puerto de Cork bastante bonita, pero ahora mismo me da mucha pereza levantarme hasta ella.

Volviendo al tema, me gustó bastante, el paseo por el puerto. Incluso el momento que pisé eso que no sé si era grasa humana, látex con una bajísima temperatura de fusión, cal viva o arena rosa de esta con la que tu madre te dice que no juegues, que es de los señores de la obra. Al final, Cork me la volvió a jugar y el puerto, aunque todo parecía apuntar lo contrario, resultó ser un camino sin salida.
Y me tuve que volver. No había podido salir de Cork. MECACHIS.Y era, según lo último que me había dado por pensar, el lugar de dónde me quería ir. Así que encontré un desvío por un polígono industria pseudoportuario o lo que coño sea, y comencé a caminar en dirección al mar. Que, en la medida de lo que sé, está lejos y fuera de Cork. Y me pareció curioso ver, que, pese a Todo lo diferente que pueda ser Cork de Burgos (Que lo es, y mucho) las aceras de los polígonos industriales son siempre iguales. Y bueno, llegué al final del polígono industrial, y, al fin, llegué un camino que prometía llevarme a un sitio la hostia de interesante si lo seguía. Así que entré. Y nada más entrar, de unos matorrales, así a lo bruto, aparece un viejo barbudo, diciéndome ,en español "¡Buenasquetalaaaaaandecoñovastú!". Yo grité "¡Hola!" por no gritar "¡Ay!" y dí un paso atrás para mirar al viejo y porque me dio un susto de la hostia. El viejo en cuestión tenía toda la pinta de ser un mendigo loco, una metafórica versión de mí del futuro, un mago místico o, incluso, todas las cosas a la vez.  "Eh" le dije. No le pregunté, era algo así como un "espera, que pienso" y a la vez " no me toques, puto viejo, que igual me pegas algo".  El me miró, con esa mirada que siempre ponen este tipo de personajes en este tipo de historias de introspección con metáforas. Y yo ya, tras un rato de mirada de esa que he dicho, agarré y le dije "Qué". "¿Qué de cual?". Me rasqué la cabeza, que es algo que siempre me imagino que hacen los personajes de las historias que escribo en situaciones como estas, y que siempre hago cuando estoy escribiendo una situación como esta, pero que NUNCA hago en la realidad y le dije "¿Me vas  a decir algo así, místico y metafórico e importante, sobre esta huida chorra que no me lleva a ninguna parte y sobre que únicamente pretendo huir de mí mismo o yo que sé?". Lo dije muy a la defensiva. Y mientras lo decía, de hecho, estaba pensando una réplica. Pero no se me ocurría ninguna, porque quería que fuese una réplica ingeniosa. Y lo pasaba mal. Cuando ya llegaba al final de la frase estaba casi sudando, no tenía respuesta para la pregunta que estaba insinuando a mí mismo para que yo mismo la respondiese. Porque vamos, en ese momento, ya había dado por hecho que ese viejo era yo del futuro, que se había perdido para siempre en un lugar mágico del camino aquel que empezaba a prometer. Eso, o un invento de mí mismo para añadirle un poco más de gracia a la crónica del paseo para luego, cuando la escribiese.
"No, no" me dijo el viejo. Y continuó hablando: "Si no, si yo, simplemente... no sé ni bien lo que hago aquí. Pero ya me voy, eh. Perdona"

Me quedé callado, mientras ya se iba. Cuando ya se había, casi metido entre los matorrales (lo hacía muy rápido, el puñetero) dije "nada".
Y me volví a casa. Y eso.
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