Montaje de QWERTY, Día Dos.

Hoy ha sido un día duro. Y eso que sólo hemos montado por la tarde. Pero bueno, por lo menos lo que hemos hecho ha salido bien. Como este corto va a tener BASTANTE posproducción, estamos empezando por las escenas que más trabajo tienen, y no estamos siguiendo un orden cronológico (que me gustaría poder ir siguiendo). Más o menos así a ojo, tenemos montados 2 minutos y pico. No es mucho, pero hay que tener en cuenta que es el primer día y que ahora estamos tirando sólo con un ordenador. En uno o dos días (en cuanto me avisen de la tienda de que ya han recibido mi nuevo y flamante disco duro de un terabait) empezaremos a trabajar con 2 ordenadores, y la velocidad del montaje subirá bastante. Esperemos.
La cabecera, que era una de las cosas más complicadas, ya está Casi totalmente acabada. Sólo faltan las letritas de los créditos, que habrá que decidir cuales ponemos. Que hoy hemos perdido mucho tiempo discutiendo eso sin llegar a nada.
Pues eso, que hoy hemos hecho: La cabecera, una pequeña pero compleja (y muy, muy problemática) escenita con efecto especial incluido, y la pequeñita sorpresa del final.

Para unos planos detalle de una mano encendiendo una radio, decidimos utilizar la mano de otra persona (David Castro, el director, para más señas). Resulta que el hombre tenía hambre, y a la vez que lo rodaba, como sólo (jódete R.A.E.) tendría que aparecer su mano, aprovechó para ir comiéndose un plátano. Y por equis o por be, el plátano está grabado. En un primerísimo primer plátano, perdón, primerísimo primer plano. Tapando a la radio que tendría que verse. Ha sido muy divertido ver como mi compañera de montaje perdía la cabeza metiéndose con el director. Hasta me he dejado llevar un poco. Pero bueno, luego me he reído. Y luego he sabido solucionarlo. Ha sido gracioso.